Los vampiros despertaron de su letargo cuando los presos cobraron su venganza a tiros con un de los vigilantes de la cárcel. Poco después el que fuera amigo de Gus en el reformatorio, quiso matarle para hacerse con el control de la rebelión, pero el que acabó recibiendo un disparo fue él y no Elizalde, gracias a la ayuda de Ángel en el último momento