Carolina se considera una mujer “especial y distinta, no dependo de nadie, no voy con otras chicas al baño”. Ha trabajado siempre en la hostelería en el mundo de los hoteles, pero hace unos años comenzó a abrir sus propias cafeterías. En el amor no se puede quejar, pero asegura ser muy inestable “me canso rápido, me he casado tres veces”.

Carlos Sobera ha querido saber qué contenía la cajita que había traído la soltera y ella le ha sorprendido con un dulce erótico de los que hace en sus cafeterías “16 centímetros, Carlos, y es muy importante empezar lamiendo aquí, en lo rojo”. El presentador se ha sonreído y ha mirado muy atento el dulce mientras que Carolina se preguntaba si su cita sería un tipo atrevido y sí Sobera se lo comería “yo porque soy tu anfitrión, sino ya me lo hubiera comido, me encantan los dulces”.  Para Carolina es muy importante que su cita sea un tipo atrevido. Para atrevido, el soltero de la mesa de enfrente.

A Fabián, su cita, le gusta que le llamen Fabio y se define como una persona “divertida, creativa y muy resolutiva, soy súper apañado. Soy pasional para todo”. Al verle, Carolina ha sentido que era “un chico majo”. Fabio es de Santander y ella de Almería “al ladito, por eso me sonaba tu cara”. De hecho, le ha soltado un “han acertado en todo, menos en eso”.

Ya sentados en la mesa, el soltero le ha contado que trabajaba en un barco de cocinero y estudiante. Carolina ha querido saber más y le ha contado que es un ferry que hace la ruta Reino Unido – Francia y que se estaba preparando para ser Técnico Sanitario de Emergencias “para trabajar en una ambulancia”. Le gusta mucho estudiar y desde la pandemia se ha sacado varios títulos “estudié barbería, veterinaria…”. Cuando era joven se vino a Madrid y dejó de estudiar “me perdí”.

Carolina le ha hablado de sus cafeterías y de su trayectoria en hoteles. También le ha hablado de su pasión por las motos, de su hijo de 16 años y sus viajes por todo el mundo. A Fabio le ha gustado mucho porque le molan las motos “no me importaría ir agarrado a ella, de paquete” y le ha parecido que sus viajes eran todo una aventura.

En el momento del postre, Cristina les ha traído uno de los dulces de Carolina y la soltera le ha contado que se dedicaba a la repostería erótica “hago cimborrios y conchis, así se llaman”. A Fabio le ha hecho mucha gracia el tema y le ha soltado un “ya puedo decir que me he comido…”. Le ha parecido que su cita era muy juguetona y él también lo es, lo que podía ser una buena combinación “tenemos un rollazo que no veas”.

Fabio no ha dudado en comérselo, consciente de que “tiene la corrida por dentro” y que el frenillo era como de regaliz. A Carolina le ha gustado mucho su reacción y le ha sorprendido “igual otro hubiera dicho ‘esto no me lo como’”.

En el reservado, los solteros se han dejado llevar y se han dados besos dulces. Eso sí, en el cuello y parece que les ha gustado. Estaban muy cómodos juntos y Fabio le ha dicho que sí quería tener más citas con ella porque estaba deseando probar sus “conchis” y ella le ha dicho lo mismo. Carolina siente que ha llegado el momento de buscar algo estable y Fabio le ha parecido el hombre perfecto.