Edurne se ha citado con Calleja en el Valle de Arán, su lugar de residencia durante el invierno. La alpinista se desplazó por amor, pues su chico trabaja allí. Tirados por un trineo de perros, Edurne le confiesa a Jesús la peor etapa de su vida, que estuvo marcada por un depresión. Una crisis existencial provocó que la deportista estuviera ingresada.