El temporal que azota el Cantábrico deja imágenes de mucho contraste. En Asturias, la alerta amarilla garantiza olas de hasta cinco metros que han atraído a decenas de surfistas. En el País Vasco, el viento ha derribado árboles y arrancado el revestimento de edificios. En San Sebastián, el fuerte oleaje atrae a los turistas, y estos, a los locales.