Los acompañantes de pacientes de siete hospitales catalanes tienen que pagar cinco euros por noche si quieren dormir en una butaca reclinable de la habitación. Lo que empezó como un proyecto piloto hace tres años dentro una política de recortes en la sanidad es ya una realidad en estos centros sanitarios. Las butacas están pensadas para los enfermos que pueden estar sentados, a ellos no se les cobra.