Fingió su muerte con la ayuda del FBI para atrapar a su esposa

Ramón Sosa es un boxeador amateur que abrió un gimnasio en Texas, Estados Unidos. En 2007 conoció a María, una mexicana que amante del kickboxing, por lo que ambos conectaron rápidamente y comenzaron una relación amorosa.

María no tenía residencia legal en Estados Unidos, por lo que la pareja decidió unirse en matrimonio en 2010 para así poder legalizar la situación de la mexicana en Estados Unidos.

Según informa DailyMail, en 2015 la pareja atravesaba un momento difícil, y de un momento a otro, María decidió pedirle el divorcio a Ramón. No contenta con ello, la mujer quiso contratar a un sicario que acabase con la vida de Sosa por 1.700 euros.

María contactó para el asesinato con un hombre llamado Gustavo, quien casualmente acudía a las clases del boxeo del gimnasio e Ramón. "Cuando me llamó y me dijo que quería verme porque había alguien que quería matarme, pensé que me estaba haciendo una broma”, confesó Ramón al medio inglés.

Después de enterarse de que su esposa quería acabar con él, Sosa pidió a su amigo Gustavo que llevara consigo un micro oculto la próxima vez que hablara con su mujer. De esta manera conseguiría una prueba de las intenciones de María.

Gustavo accedió y consiguió la grabación donde la esposa de Ramón aclaraba que le quería muerto. Una vez que la grabación llegó a las manos de Sosa, éste la llevó a la comisaría de Montgomery County, en Houston.

La policía entonces decidió intervenir en el caso y sugirió al hombre fingir su propia muerte, algo que sería fotografiado y llevado por Gustavo a María para que ésta creyera verídica su muerte y así poder atraparla.

Finalmente así sucedió y los agentes pudieron atrapar a María, quien se enfrenta ahora a 20 años de cárcel.