En las grabaciones de las cámaras de seguridad de la catedral de Santiago se ve al electricista, acusado del robo del códice Calixtino y de importantes sumas de dinero, entrar en el despacho del administrador y llevarse fajos de billetes y la recaudación del cepillo. La acusación asegura que estas imágenes demuestran su culpabilidad y aportan datos muy importantes sobre los robos.