Los dominicos crean un observatorio para atender a víctimas de trata y migrantes

El nombre del observatorio es un homenaje a una mujer congoleña, Samba Martine, que llegó a España tras un duro trayecto con la intención de solicitar asilo pero fue enviada al CIE de Aluche, donde murió después de 40 días enferma, por negligencia médica.

Durante la presentación, que tuvo lugar este jueves 2 de marzo, fray Xabier Gómez, promotor del mismo junto a la hermana dominica Maite Zabalza, destacó la importancia de ayudar a las víctimas de trata y a los migrantes.

"¿Cómo no vamos a dar una respuesta a tantas mujeres que buscan liberarse de la trata y acompañar esos procesos de liberación y de empoderamiento, o cómo no vamos a dar una respuesta también a los vendedores ambulantes o a aquellos que están detenidos en los CIES?", preguntó.

También recordó a "aquellos que tienen miedo de salir a la calle porque hay órdenes de expulsión" y a los que ven vulnerados sus derechos en el servicio doméstico, en la hostelería o en el campo. "¿Cómo no vamos a dar una respuesta de empatía y recoger este deseo de justicia de toda esta gente?", insistió.

Por su parte, el prior de la provincia de Hispania, fray Jesús Díaz Sariego, señaló que se trata de un proyecto que se va a realizar en misión compartida entre laicos, frailes y hermanas de familia dominicana, junto a otros colectivos. "El Observatorio de Derechos Humanos quiere nacer como una experiencia común. Un lugar donde en común se reflexiona y en común se actúa", concretó.

En cuanto al objetivo del proyecto, precisó que va a tratar problemas de "personas concretas" aunque siendo "conscientes de que son problemas universales". "Debe abrirnos horizontes de esperanza. El bien ha de ser global, ha de ser común. Este patrimonio debe ser protegido y promovido", defendió.

El Observatorio se suma a otras acciones de los dominicos en la defensa y promoción de los derechos humanos, como la Escuela de Salamanca. También han destacado en esta lucha figuras concretas como: Pedro de Córdoba, Antonio de Montesinos, Bartolomé de las Casas y Francisco de Vitoria.