El Papa recuerda a la madre de Dios que trae la capacidad de misericordia, "para que nos perdonemos y comprendamos"

"Nos trae una alegría nueva, llena de significado, una nueva capacidad de franquear, con fe, los momentos más dolorosos y difíciles. En una palabra: nos trae la capacidad de misericordia, para que nos perdonemos, comprendamos y sostengamos recíprocamente", ha señalado el máximo pontífice durante el Ángelus celebrado en la Plaza de San Pedro del Vaticano.

Así, ha comenzado su intervención celebrando la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, que se celebra sobre todo en los países de habla hispana, como reconocimiento a la figura de la madre de Dios, siendo Patrona bajo esta advocación de lugares en Paraguay, Guatemala, Brasil, España, Perú, Nicaragua, Puerto Rico, El Salvador, México, Bolivia y en otros muchos países de la comunidad católica en el mundo.

Francisco ha explicado que el Evangelio presenta a la joven de Nazaret que, tras recibir el anuncio del Ángel, parte de prisa para estar cerca de Isabel en los últimos meses de su prodigioso embarazo. El Santo Padre afirmó que el don más grande que María lleva a su prima, y a todos nosotros, es Jesús, que ya vive en ella, no sólo por la fe y por la espera, sino porque Cristo tomó la carne humana de la Virgen para su misión de salvación.

"En la casa de Elizabeth y su esposo Zacarías, donde antes reinaba la tristeza de no tener hijos, ahora hay la alegría de un bebé en camino: un niño que se convertirá en el gran Giovanni Battista, el precursor del Mesías. Y cuando María, la alegría se desborda y se rompe a partir de corazones, porque la presencia invisible pero real de Jesús llena todo el camino: la vida, la familia, la salvación de la gente ... Todo!", ha narrado el Papa.

Después de aludir al clima de alegría que se vivió en ese entonces en la casa de Isabel y de su marido Zacarías, el Obispo de Roma se refirió a la alegría plena que se expresa con la voz de María en la estupenda oración del Magníficat.

"El Magníficat canta el Dios misericordioso y fiel, que cumple su plan de salvación con los más pequeños y los pobres, con los que tienen fe en él, que confían en su palabra, como María. Esta es la exclamación de Isabel: "Bienaventurados los que han creído" (Lc 1,45)", ha señalado.

En esa casa, ha proseguido, "la venida de Jesús a través de María no sólo ha creado un ambiente de alegría y compañerismo, sino también un ambiente de fe que lleva a la esperanza, a orar, a la alabanza.Todo esto nos gustaría que suceda hoy en día en nuestros hogares".

Por esta razón, el Papa Bergoglio no dudó en afirmar que la madre de Dios es un modelo de "virtud y fe" que debe seguirse. Así, con motivo de la celebración de Santa María de la Asunción, ha señalado que le gustaría llevar a todos, "familias y comunidades", su "inmenso don", "la única gracia que hay que pedir siempre antes y por encima de las otras gracias que no existen que apreciamos: ¡la gracia que es Jesucristo!", ha añadido.

El Pontifice ha terminado su reflexión, pidiendo, una vez más, por las poblaciones que sufren en muchas partes del mundo debido a los desastres naturales, disturbios o conflictos sociales.