Después de las protestas de los taxistas, Madrid y Barcelona van a obligar a los conductores de las plataformas de Uber y Cabify a tener un permiso especial. Los dos ayuntamientos que concentran la mayor cantidad de licencias de VTC, unas 3.400, van a pedirles una autorización para poder operar. Se trata de una de las reivindicaciones de las asociaciones de taxistas, que amenazaban con una huelga indefinida, pero que al final no ha sido convocada.