Tras seis horas encerrado en la finca de sus padres, cercado por la Guardia Civil y en posesión de una pistola y de un fusil de asalto, Juan Carlos Alfaro, presunto asesino de una niña de 13 años, se ha pegado un tiro en la cabeza cuando iba a entregarse. Su cuerpo se ha mantenido con vida en esta UVI móvil para extraerle los órganos.