Un zoológico de Copenhague sacrificó a una jirafa y su carne fue arrojada a los leones delante de los visitantes. El centro danés explicó que era necesario para evitar la consanguinidad. La decisión levantó la indignación de miles de internautas que habían pedido no matar a Marius e incluso otros zoológicos del mundo se habían ofrecido a acoger al animal.