Asociaciones de atención a la sordoceguera reclaman más visibilidad y exigen un censo

La Federación de Asociaciones de Personas Sordociegas de España (FASOCIDE), la Asociación Española de Familias de Personas con Sordoceguera (APASCIDE) y la Fundación ONCE para la Atención de Personas con Sordoceguera (FOAPS) han reivindicado la visibilización social del colectivo, con el fin de facilitar su comunicación, bajo el lema 'Más visibles, más conectadas', con motivo de la celebración del Día Internacional de las Personas Sordociegas este martes 27 de junio.

En el marco del acto, se han presentado inventos creados por la ONCE destinados a facilitar la comunicación y el día a día de las personas con deficiencias visuales y auditivas. Uno de ellos, un reloj despertador de pulsera por vibración, permite conocer la hora y poner una alarma mediante vibraciones, así como cambiar y configurarlas. Otro es una pantalla que permite aumentar textos, así como cambiar el color del fondo, para adaptarse a los distintos problemas del colectivo. Igualmente, se ha presentado una aplicación llamada comunicador táctil, que posibilita la comunicación del sordociego con alguien que desconoce el lenguaje de signos.

Además, las personas sordociegas disponen en España, desde el año pasado, de un bastón rojo-blanco como auxiliar de movilidad. El objetivo de este diseño es la distinción de las personas con sordoceguera.

"Las tecnologías siempre aportan cosas positivas para los colectivos de discapacidad y para nosotros mucho más. Todas esas barreras que nos estábamos encontrando hasta ahora se pueden derribar", ha afirmado el presidente de FASOCIDE, Francisco Javier Trigueros, en declaraciones a Europa Press. Asimismo, ha explicado que la "ignorancia de la sociedad" hacia el colectivo se debe a la idea de que una persona sordociega está, bien en el colectivo de personas ciegas o en el de personas sordas, cuando "en realidad son otro, completamente diferente y aparte".

DERRUMBANDO BARRERAS: PRIMER ERASMUS SORDOCIEGO

Al acto también ha acudido Javier García Pajares, el primer joven con sordoceguera que fue de Erasmus, que ha declarado que su día a día "no es muy distinto del de cualquier estudiante", con la diferencia de que acude a clase con su mediadora. "La experiencia ha sido fenomenal; como para cualquier otro estudiante, un Erasmus es muy enriquecedor" ha asegurado.

No obstante, ha confesado que fue "muy duro", especialmente la adaptación del primer mes. "Tuve que aprender recorridos, por ejemplo del supermercado al banco, a todos los sitios que yo frecuentaba. También tuve que presentarme en persona a los profesores, explicarles mis necesidades", ha relatado.

Asimismo, García Pajares estuvo dando clases "intensivas" de inglés con una profesora particular para poder estudiar en Londres. "Lo que me costaba más era relacionarme con la gente", se sincera, al tiempo que lamenta que los británicos y los erasmus "iban a lo suyo" y los últimos "no pensaban en solidarizarse un poco" y "atender a las necesidades que tienen otras personas".