"Es absolutamente consciente de lo que hizo y se arrepiente profundamente", ha dicho Florian Alter, abogado de la defensa, en el primer día del juicio.
El 10 de mayo de 2016, este joven de 28 años apuñaló a los pasajeros en la estación de tren de Grafing al grito de 'Allahu Akbar' ('Alá es grande'), lo que llevó a calificar el ataque de islamista.
La Policía finalmente descartó el móvil yihadista tras interrogar al sospechoso y descubrir que sufría graves problemas psicológicos.