Las imprudencias se pagan... que se lo digan, sino, a este joven ruso. Acabó empotrándose contra un coche cuando bajaba con su longboard, a toda velocidad, por una carretera. Perdió el control en una curva y acabó estrellándose contra el vehículo que venía de frente. A pesar del impacto, sólo acabó magullado.