El 63 por ciento de los portugueses, satisfechos con el Gobierno socialista un año después de llegar al poder

El estudio elaborado por CESOP-Universidad Católica Portuguesa y publicado por 'Diário de Notícias', especifica que para los portugueses, la labor del Gobierno es buena (60 por ciento) o muy buena (3 por ciento), mientras que otros opinan que es mala (20 por ciento) o muy mala (5 por ciento). El 13 por ciento no saben o no quieren responder.

En cuanto a la estabilidad de la 'geringonça' o 'chapuza', como se ha venido a llamar la fórmula de gobierno que respalda al primer ministro António Costa, un 71 por ciento considera que el Ejecutivo agotará la legislatura, una cifra muy superior al 35 por ciento que lo creía hace un año). El 16 por ciento creen que no terminará la legislatura, muy por debajo del 52 por ciento que lo pensaba en 2015. El 13 por ciento no sabe o no contesta.

Además, el 68 por ciento consideran que no hay alternativa en la oposición al actual Gobierno, frente al 18 por ciento que considera que sí la hay. De los que creen que sí la hay, el 12 por ciento la atribuyen al Partido Social Demócrata (PPD/PSD).

El Gobierno de Costa se basa en una aritmética parlamentaria inestable, ya que la coalición Portugal al Frente (PàF) --formada por PSD y Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP)-- ganó las elecciones del 4 de octubre de 2015 con un 36,86 por ciento de votos y 102 de los 230 escaños.

El PS obtuvo un 32,31 por ciento de votos y 86 diputados, pero cuenta con apoyos puntuales del Bloque de Izquierda (BE, 10,19 por ciento y 19 escaños) y de la Coalición Democrática Unitaria, formada por el Partido Comunista de Portugal y el Partido Ecologista Los Verdes (8,25 y 17 escaños). Completan el Hemiciclo cinco diputados elegidos por el PSD en solitario y el diputado Rui Manuel dos Santos Almeida, del partido ecologista Personas-Animales-Naturaleza (PAN).

El primer presupuesto de la era Costa fue aprobado tras largas negociaciones con los grupos de izquierda y parece que este año también está cerca un acuerdo. El sistema se basa en que el Bloque, comunistas y ecologistas plantean sus demandas al Gobierno socialista, que cede para incluirlas en los presupuestos sin salirse de las exigencias de disciplina que llegan de Bruselas.