Paseaban por unas cuevas turísticas cuando una inundación les bloqueó la salida, a varios kilómetros de distancia del inicio de la gruta. Ya se perdía la esperanza de encontrarlos --tanto tiempo después-- en ese laberinto subterráneo inundado. Son 12 niños y su entrenador de fútbol. Aún tendrán que esperar para abrazar a sus seres queridos.