El estudiante estadounidense que fue liberado en coma por Corea del Norte tiene graves daños cerebrales y ningún síntoma de botulismo. Pyongyang sostiene que sufrió un brote de esta enfermedad y le dieron una pastilla para dormir, pero no volvió a despertarse. El joven fue condenado a 15 años de trabajos forzados por llevarse un cartel propagandístico del hotel en el que se alojaba.