Un pequeño pueblo de Lombardia, en Italia, se vio sumido en una enorme nube de polvo después de que la ladera de una montaña se viniese abajo debido a las intensas lluvias caídas en la zona. En apenas unos instantes, toneladas de roca y barro cayeron montaña abajo.
Anticipándose al suceso, los vecinos habían sido evacuados previamente, y además, por fortuna, las rocas no llegaron a los edificios.