World Vision ve "retos pero también oportunidades" en Zimbabue
EUROPA PRESS
03/02/201809:09 h.El nuevo Gobierno debe hacer frente a una mala situación económica y al impacto creciente del cambio climático
World Vision trabaja ayudando a los agricultores con cultivos más resistentes y combatiendo la violencia sexual contra menores
Zimbabue se enfrenta a importantes retos, como la crisis económica y el cambio climático, pero el país africano también tiene ante sí oportunidades tras el relevo en el poder del pasado noviembre en el que el antiguo vicepresidente Emmerson Mnangagwa tomó el testigo al histórico presidente, Robert Mugabe, después de un golpe de Estado militar.
Esa es la lectura que hace de la situación actual Emmanuel Isch, director de World Vision en Zimbabue. La pobre economía del país, con un desempleo del 90 por ciento, y el cambio climático suponen los dos grandes retos a los que se enfrenta el país. El impacto en los dos últimos años de 'El Niño', que provocó una grave sequía, dejó a 1,4 millones de personas necesitadas ayuda de un total de unos 16 millones de habitantes.
La situación económica tiene un impacto en la inversión por parte del Gobierno en servicios básicos como la educación, la salud o el agua y el saneamiento, los cuales tienen un impacto directo en el bienestar de los niños, con los que trabaja World Vision. Aunque en el caso de Zimbabue, explica Isch, "la mayoría de los niños van a la escuela, estas no están bien equipadas" y la falta de servicios tienen un impacto en las "oportunidades de cara al futuro".
"Somos optimistas de que las cosas pueden cambiar en Zimbabue pero si creces y tienes muy pocas oportunidades de tener ingresos o empleo es muy difícil que esto ocurra", subraya en una entrevista concedida a Europa Press. Pero en el caso de Zimbabue, "hay que mirar las dos caras de la moneda, hay retos pero también algunas oportunidades", insiste Isch.
Tras la llegada al poder de Mnangagwa, que ha prometido la celebración de elecciones libres y justas antes de julio, los zimbabuenses "se muestran cautelosamente optimistas", señala el responsable de World Vision, y ahora "hablan más abiertamente de las cosas", mientras que el Gobierno a su vez se ha mostrado más abierto a hablar con la sociedad civil.
En cuanto al cambio climático, World Vision está trabajando con grupos de agricultores en todo el país para ayudarles a adaptarse y promoviendo cultivos más resistentes a la sequía o el regadío en los lugares donde es posible, además de ayudar en la construcción de pozos. A este problema se ha sumado en los últimos tiempos el gusano cogollero del maíz, que en 2017 afectó al 10 por ciento de la producción y "se espera que para este año siga aumentando". "Para hacer frente a esta plaga hacen falta millones de dólares y no hay dinero", lamenta.
"Los zimbabuenses son gente emprendedora" y durante los 37 años en el poder de Mugabe aprendieron a adaptarse a la situación para sobrevivir, pero ahora esperan que el nuevo Gobierno traiga "cambios", en particular en lo que respecta a la situación económica y el elevado paro. "La gente no solo espera que se hable de cambios sino que se lleven a cabo", recalca.
PAÍS RICO EN RECURSOS NATURALES Y MINEROS
En opinión de Isch, Zimbabue puede salir de la situación en la que se encuentra puesto que es un país con un gran potencial y rico en recursos naturales y mineros que bien gestionados pueden generar más ingresos para el Estado y a su vez generar mejores servicios para la población. No obstante, advierte, hay que ser consciente de que teniendo en cuenta la situación económica actual "esos cambios no pueden producirse de la noche a la mañana".
En cuanto a la labor que realiza World Vision en el país, Isch reconoce que la falta de fondos siempre es un problema, ya que aunque estos aumentaron en los dos últimos años debido al impacto de la sequía ahora cuentan con "fondos limitados".
Por ello, la ONG ha apostado por trabajar más con el sector privado y por buscar financiación local de bancos y empresas de Zimbabue. En este sentido, también se busca el que las aportaciones no sean solo en efectivo sino a nivel de ayuda técnica o en especie, en función del sector o ámbito de trabajo de las empresas colaboradoras.
Asimismo, World Vision también ha recurrido en Zimbabue a promover los llamados "grupos de ahorro", conformados por grupos de ciudadanos que ahorran dinero juntos y se prestan entre sí. En general, según explica Isch, están formados mayoritariamente por mujeres, ya que suelen ser "más responsables con el dinero" y suele producirse un alto nivel de devolución del dinero prestado, lo que contribuye a su éxito.
"El dinero no desaparece o se malgasta", destaca, es más, incide, en algunos casos ha permitido a quienes forman parte de estos grupos llegar a montar pequeños negocios. "En la mayoría de los casos genera ingresos" lo que revierte en que los hijos no solo puedan ir a la escuela sino que además se les pueda comprar el material necesarios y más alimentos.
Dado que la economía formal no funciona, "la gente busca la forma de salir adelante" y además "no tienen acceso a los bancos tradicionales", así que estos grupos de ahorro suponen una vía de financiación para quienes viven en las zonas rurales, tradicionalmente las más desfavorecidas. En todo caso, añade Isch, el objetivo de la ONG es "no crear dependencia" en la población a la que ayudan y que "las familias sean capaces de cubrir sus propias necesidades".
Por otra parte, World Vision trabaja para suministrar material escolar y formación al profesorado y también para fomentar las escolarización de las niñas, ya que como pasa en otros países se suele priorizar el que sean los niños que continúen con su educación.
COMBATIR LA VIOLENCIA SEXUAL Y DE GÉNERO
Otro de los focos de atención es combatir la violencia de género, para lo que trabajan con el Gobierno zimbabuense tanto en materia de protección como de sensibilización, intentando promover la privacidad de las víctimas para que se sientan cómodas y denuncien a sus agresores.
Además, World Vision ha puesto en marcha una campaña específica con vistas a eliminar todas las formas de violencia contra los niños en el país, centrada principalmente en acabar con la violencia sexual contra los menores. Aunque el Gobierno ha adoptado medidas contra esta lacra, la ONG considera que aún se puede hacer más.
Según datos del Censo Demográfico y de Salud de Zimbabue de 2015, el 14 por ciento de las mujeres de entre 15 y 49 años habían experimentado violencia sexual en algún momento de sus vidas y un 8 por ciento habían experimentado violencia sexual en los últimos doce meses. "Las políticas de Zimbabue deben proteger plenamente y garantizar los derechos e intereses de los niños", defiende Isch, reclamando que quienes cometan "violencia sexual contra menores deben enfrentarse de forma rápida a la justicia".
Otro de los problemas a los que se enfrentan los niños de Zimbabue, además de al hecho de que el 40 por ciento no son registrados al nacer, es el matrimonio infantil, que aunque fue ilegalizado se sigue practicando porque la aplicación de la ley sigue siendo un "reto", lamenta Isch.