Un bebé ingresa cuatro veces en el hospital por entrar en llamas 'espontáneamente'

Los doctores que están tratando a Rahul, un bebé de dos meses y medio nacido en Tamil Nadu (La India), aún no dan crédito al caso que tienen delante.

El pequeño ya ha sido ingresado cuatro veces desde su nacimiento por ponerse en llamas por circunstancias que aún se investigan pero parecen estar asociadas a una extrañísima enfermedad denominada SHC (Spontaneus Human Combustion), o lo que es lo mismo, la enfermedad de la 'Combustión Espontánea Humana'.

Según las primeras hipótesis de aquellos que creen en la existencia de esta patología, Rahul podría estar emitiendo sustancias altamente inflamables a través de los poros de su cuerpo, condición que desencadenaría la combustión.

Sin embargo, diversos expertos se muestran reacios a creer en la existencia de tal enfermedad, a la que asocian más a falsos rumores, leyendas o ciencia ficción, pero nunca al verdadero conocimiento científico. "El SHC es una falsa teoría. Que un bebé entre en llamas espontáneamente no es algo posible", afirma el doctor Jagan Mohan, especialista en quemaduras del 'Kilpauk Medical College and Hospital', lugar donde está ingresado el pequeño desde el pasado viernes.

En este sentido, algunos cuestionan si detrás de este suceso se esconde un posible caso de malos tratos u otra causa que dé una explicación lógica al mismo. "Estamos explorando todas las posibilidades, incluyendo un posible caso de abuso. Los órganos del bebé funcionan perfectamente y se encuentra en estado estable en estos momentos", explicó el doctor Narayana Babu, jefe del Departamento de Pediatría del hospital, tal como recoge el diario 'The Times of India'.

Para indagar en las circunstancias y poder arrojar algo de luz a este increíble caso, los doctores llevarán a cabo diversos análisis del sudor, la orina y la sangre del bebé para determinar si se encuentran sustancias inflamables en las muestras.

Pese a todo, por fortuna Rahul se está recuperando de las heridas, que se revelan en forma de cicatrices a lo largo de su cabeza, el estómago y las piernas. Solo su espalda ha quedado libre de éstas, algo que los doctores explican por una ausencia de contacto entre la misma con el aire que hubiera causado la aparición del fuego.