La campaña de ataques informáticos ha afectado a las cuentas de correo electrónico de más de 100.000 profesores y ha "puesto en peligro más de 8.000 cuentas", en palabras del fiscal general adjunto de Estados Unidos, Rod Rosenstein.
Los individuos y la entidad han sido acusados de intentar entrar en los sistemas informáticos de 144 universidades estadounidenses y otras 176 universidades en 21 países extranjeros desde al menos desde 2013. Los demandados se habrían apropiado de investigaciones académicas, datos y documentos, y habrían vendido estos datos robados en Irán.