Menudo susto el de los pasajeros de este autobús en Filipinas que presenciaron cómo la ladera se venía abajo arrastrando piedras, árboles y tierra dejándolos atrapados en el vehículo. Nada pudieron hacer mientras duraba el alud que arrasó con la montaña en pocos minutos. Afortunadamente no hubo heridos, gracias a la suerte, pero también a la pericia del conductor que logró retroceder a toda velocidad evitando lo peor.