ACNUR alerta de que los desplazamientos forzados han aumentado en Colombia pese al proceso de paz

"La violencia continúa desarraigando a miles de personas en Colombia", ha denunciado el portavoz de ACNUR, William Spindler, en la sede de la ONU en Ginebra. Solo en la costa del océano Pacífico 3.549 personas --913 familias-- han tenido que abandonar sus hogares en 2017. El año pasado fueron 11.363 personas --3.068 familias-- en la misma zona.

La principal causa es la violencia desatada por los grupos armados que ya actuaban en la región y los nuevos que han surgido a raíz de los guerrilleros disidentes de las FARC para ocupar el territorio abandonado por la insurgencia.

"Desde la firma del acuerdo de paz, la creciente violencia de los nuevos grupos armados ha resultado en asesinatos, reclutamientos --también de menores--, violencia de género y limitado acceso a la educación, la sanidad y el agua potable", ha indicado ACNUR.

Las localidades más afectadas por este fenómeno son el Bajo Calima y el municipio de Buenaventura, en el departamento del Valle del Cauca; Litoral San Juan, lloró, Domingodó y Alto Baudó, en Chocó; Timbiquí, en Cauca; y Santa Bárbara de Iscuandé y El Pital, en Nariño.

Por grupos de población, las comunidades que más sufren la violencia son los afrocolombianos y los indígenas. "Estos dos grupos étnicos representan el diez y el tres por ciento de los 7,4 millones de desplazados internos en Colombia, respectivamente", subraya ACNUR.

ACNUR, si bien ha reconocido "los importantes esfuerzos del Gobierno por consolidar la paz", ha reiterado "la necesidad de garantizar que la población civil tenga acceso a protección y asistencia". "Además, cualquier posible retorno de desplazados internos debe tener lugar en condiciones de seguridad y dignidad", ha apostillado.