El juez rechaza admitir la entrega de Puigdemont solo por malversación
Puigdemont se adentra en un impreciso destino jurídico. El juez Llarena no lo quiere en España en las condiciones en las que estaba dispuesto a entregarlo la justicia alemana. Rechaza, por tanto, su entrega para que se le juzgue solo por malversación y no por rebelión o sedición como él pretendía. Es una "falta de compromiso del tribunal alemán con unos hechos que podrían haber quebrantado el orden constitucional español", dice Llarena en su auto. Auto con el que retira las órdenes europeas e internacionales de detención contra Puigdemont y el resto de los fugados: Comin, Puig, Serret, Ponsatí y Rovira. Quedan todos con libertad de movimientos en el territorio en el que está cada uno (Puigdemont en Alemania) pero con el riesgo de que el juez decida reactivar las euroórdenes si cambian de país. La conclusión del juez con respecto a sus colegas alemanes no puede ser más clara: "Han anticipado el enjuiciamiento para el que no tienen cobertura normativa", dice. Esto es, se han extralimitado en sus funciones.