La embajada española en Afganistán estaba fuera de la 'Zona Verde' de seguridad

En la capital de uno de los países más peligrosos del planeta. La Zona Verde es lo más parecido a un bunker. Kabul posee una ciudad amurallada dentro de otra. Está prohibida la circulación de vehículos no autorizados y los accesos están controlados por agentes con perros de la policía afgana. Pero la sede española quedaba fuera. Una de las pocas que lo está. El complejo compuesto por la propia embajada y la residencia de los funcionarios se encuentra en el barrio de Shirpur, el favorito de los señores de la guerra opuestos al régimen taliban. Como ha detallado Interior, ayer contaba con nueve miembros de la Policía Nacional más otro que libraba. Fuentes policiales han confirmado a Noticias Cuatro que cinco de ellos estaban especializados en labores de escolta y conducción evasiva para trabajos fuera de la embajada y los otros cuatro en labores de protección específica del edificio. A ellos se sumaban seis funcionarios administrativos 3 interpretes afganos y un cuerpo de seguridad externa compuesto por una decena de guardias afganos contratado. El ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, ha negado hoy mismo que la sede diplomática tuviera problemas de seguridad, asegurando que se habíantodamo todas las que se tenían que tomar. No era la primera vez que la embajada recibía ataques. En 2009, fue tiroteada durante el asalto a una vivienda cercana. Entonces se destacó la falta de seguridad. Tras ello tapiaron puertas de entrada y ventanas y se levantó una segunda pared exterior. El sindicacto Unión Federal de Policia ha denunciado desidia en el mantenimiento de la embajada que tenía una única salida con un portón sin blindaje y cuyo sistema de cierre eléctrico llevaba meses sin funcionar.