Podemos y el fuego amigo
Carta abierta de Kichi a Monedero. Le escribe dice, para no hacerse un agujero en el estómago. Empieza con un zasca, recordándole cuando fue a Cádiz e imitó el acento andaluz, algo que entonces ya no le gustó.
Luego le cuenta que el precio de la intimidad que él paga, es soportable, comparado con el peso de ser alcalde. Y admite contradicciones, pero equivocándose dice, con su gente, en lugar de acertar solo.
Precisamente Iglesias le ha querido recordar esas contradicciones para añadir que, en su caso, él siempre le ha apoyado. Pero en este juego hay un dos contra uno, y mientras Iglesias apoya, Monedero ataca.
A Kichi le escuecen los dardos estos días a cuento de las fragatas de Navantia que se venden a Arabia Saudí: "La gente está dispuesta a perdonarnos que nos equivoquemos con casi todo. Pero difícilmente nos van a perdonar que nos equivoquemos de bando".
Monedero hoy insiste en que ellos solo se defienden entre ellos, y así están. Perdidos en la dialéctica de ver quién se contradice más.