Dastis pide a su homólogo de Noruega una solución justa para los marineros españoles que trabajaron en buques noruegos

Durante un almuerzo de trabajo, el jefe de la diplomacia española ha abordado con el titular de Exteriores de Noruega la problemática que afecta a marineros españoles que durante años trabajaron en buques noruegos antes de la entrada de este país en el espacio económico europeo y que no han recibido ninguna prestación social a pesar de haber pagado sus impuestos en este país.

El ministro español ha reclamado a su homólogo noruego "una solución basada en aplicar principios de justicia social y de no discriminación" para este conflicto, según ha informado el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.

La problemática afecta a unos 12.000 marineros que trabajaron en Noruega con anterioridad al año 1994, año en el que España y el país nórdico firmaron un convenio para regularizar la situación de los trabajadores españoles. Pero este acuerdo no se hizo con carácter retroactivo, por lo que aquellos que habían desempeñado trabajos con anterioridad a ese año se han quedado sin percibir las prestaciones.

NUMEROSOS OBJETIVOS COMUNES

El almuerzo de trabajo también ha servido para repasar el estado de las relaciones bilaterales y de las posiciones de ambos países respecto a los principales temas de la escena internacional. En este sentido, ha quedado patente la existencia de numerosos objetivos comunes en cuestiones globales y un creciente interés mutuo entre los dos países a nivel de sociedad civil.

Dastis ha felicitado a su homólogo noruego por el activo papel llevado a cabo por Noruega en el proceso de paz en Colombia y, a este respecto, ha reafirmado el compromiso de España en la aplicación de los acuerdos firmados entre el Gobierno colombiano y las FARC. Asimismo, en el ámbito del Consejo de Seguridad, Dastis agradeció el copatrocino de Noruega de la Resolución 2322 sobre cooperación judicial internacional en materia de lucha antiterrorista.

Igualmente, ambos ministros han intercambiado impresiones sobre otros asuntos de la agenda internacional como la situación en Oriente Próximo y en el Magreb, en especial en Libia, y el debate sobre el futuro de la Unión Europea tras el Brexit.