El Congreso reafirma su compromiso para eliminar el voto rogado, pero la reforma electoral cumple un año sin avances

Con la única abstención del PNV, el Pleno del Congreso ha aprobado "tramitar con celeridad una proposición de ley, consensuada por una mayoría de grupos, en el marco de la subcomisión encargada de la reforma de la LOREG, para suprimir el sistema de voto rogado, mejorar el derecho fundamental de voto para las personas que viven en el extranjero y volver a los principios de la anterior legislación, con el objeto de que los derechos democráticos de todos los residentes en el extranjero se puedan ejercer fácilmente y con todas las garantías".

La reforma electoral de 2011, aprobada en su día por PSOE, PP, CiU y PNV, obligó a los emigrantes a solicitar el voto en cada convocatoria de generales y autonómicas, un cambio que hizo caer en picado la participación de los inscritos en el Censo de Residentes Ausentes (CERA).

La supresión de ese llamado "voto rogado" está apoyada ahora por quienes no suscribieron aquella reforma (IU, Podemos, Ciudadanos y CC), pero también por casi todos sus firmantes, especialmente el PSOE, el PDeCAT (la antigua Convergència) e incluso el PP (sobre todo organizaciones territoriales como la gallega).

PERDÓN POR HABERLO IMPLANTADO EN 2011

El coordinador del PDeCAT, Jordi Xuclà, uno de los firmantes de la reforma del 2011, ha vuelto a plantear este jueves la supresión del voto rogado, pidiendo "perdón" por haber apoyado en su día su implantación. "Nadie nos perdonaría terminar otra legislatura sin rectificar este sistema", ha avisado.

La supresión del voto rogado es uno de los puntos en los que se supone que debe haber acuerdo dentro de la subcomisión de la Comisión Constitucional encargada de reformar la LOREG, pero lo cierto es que este órgano que coordina Jesús Posada apenas ha avanzado cuando está a punto de cumplirse un año desde su creación, más allá de haber recabado algunas comparecencias de expertos.