Reincide, por tanto, en los hechos que motivaron su expulsión del PSOE hace menos de un año: romper la disciplina de voto de los socialistas provinciales, como reacción tras ser excluido de la lista de delegados al congreso federal del PSOE, una candidatura en la que tampoco figura Darío Campos después de que el acuerdo de integración saltase por los aires debido a los vetos cruzados.