En el mundo hay 264 millones de niños sin escolarizar

La población refugiada constituye el 51 por ciento de personas privadas del derecho a la educación, según datos de ACNUR del año 2016. La mayoría de las personas desplazadas forzadamente buscan refugio dentro de las fronteras de su propio país (40,3 millones), mientras que otras se han acogido a la condición de refugiadas (22,5 millones), de las cuales, 17,25 millones se encuentran bajo la protección de ACNUR y 5,3 millones son personas refugiadas palestinas.

Del total de la infancia refugiada o en situación de desplazamiento interno, solo la mitad va a la escuela primaria y un 25 por ciento asiste al primer ciclo de Educación Secundaria. Esos millones de niños en muchas ocasiones deben dejar de asistir a la escuela por inseguridad o falta de recursos. Esta situación impide que la educación cumpla su función como factor de paz y elemento de protección frente a los agravios, la pobreza y la injusticia.

Una semana por la educación en contextos de emergencia

La Semana de Acción Mundial por la Educación se celebrará del 23 al 29 de abril en más de 120 países para exigir a los gobiernos que garanticen el refugio y el acceso a la educación en contextos de emergencia, y que promuevan una cultura y paz y de acogida en las aulas.

La Campaña por la Educación sirve para concienciar a los niños y jóvenes de las realidades que vive la infancia en contextos de conflicto y de lo que supone para estas personas para ellos no estar escolarizados. Al verse privados del derecho a la educación, no tienen oportunidad de acceder a climas de convivencia positiva, tolerancia y respeto a la diversidad en las comunidades educativas de acogida.

Más de 80 estudiantes del colegio Ciudad Escuela Muchachos (CEMU) de Leganés (Madrid) se han unido al proyecto, bajo el lema 'La educación, el camino hacia la paz, ¡Deja tu huella!', para representar con sus huellas el trayecto hacia el colegio que muchos niños refugiados no pueden hacer.

La CME es una coalición internacional presente en más de 124 países, que pretenden garantizar que la educación en contextos de conflictos armados sea de calidad; poner en valor el papel de la educación en la construcción de sociedades inclusivas en los países de acogida; y abogar por un sistema de acogida de refugiados que cumpla con la dignidad humana y los derechos humanos.