Tiendas de Blanco se enfrentan al desahucio por impago de alquiler, según sindicatos

Las mismas fuentes han trasladado a la empresa que para desconvocar los cuatro días de huelga, previstos para los próximos 21 y 28 de octubre y 4 y 11 de noviembre, es necesario la retirada del Expediente de Regulación de Empleo (ERE), el tercero que aplicará desde 2013, y de todas las medidas que acompañan al despido colectivo.

"Nosotros no somos los culpables de las decisiones erróneas que tienen nuestras tiendas sin género para vender", han afirmado desde los sindicatos.

Blanco ha decidido retrasar el inicio de las negociaciones del ERE hasta el próximo 7 de noviembre, al tiempo que la plantilla mantiene las jornadas previstas de huelgas de 24 horas y concentraciones, convocadas por UGT, CC.OO. y ELA.

De esta forma, la cadena textil aplaza por segunda vez el inicio del periodo de consultas con los sindicatos, previsto inicialmente para el 3 de octubre y posteriormente pospuesto al próximo lunes, 17 de octubre, sin que la empresa haya justificado este nuevo retraso.

Se trataría del tercer ERE planteado por la cadena desde 2013, fecha desde la que han salido casi un millar de empleados de la enseña de moda.

La compañía, propiedad actualmente de un fondo gestionado por un banco de inversión con sede en Dubai, ya aplicó el pasado año un ajuste de personal que afectó a un máximo de 189 trabajadores, que se sumaron a los 711 que salieron de la firma en 2013, cuando presentó concurso voluntario de acreedores.

La compañía, que tiene sede en Móstoles y sendos centros logísticos en Seseña (Toledo) y Parla (Madrid), no ha cuantificado a cuántos trabajadores puede afectar este tercer ERE, si bien ha subrayado que este proceso de reestructuración "es necesario para asegurar la competitividad y la rentabilidad de la empresa y asegurar su futuro a largo plazo".

El pasado 15 de junio, el anterior propietario de Blanco, el grupo saudí Alhokair, aceptó la oferta de un fondo para adquirir la cadena textil por un importe de 83,1 millones de euros en cinco plazos anuales. El grupo saudí se desprendía así de la firma española casi dos años y medio después de adquirirla, a principios de 2014, por más de 40 millones de euros.