Telefónica afirma que tiene "activos suficientes" para desinvertir si fracasa la OPV de O2

Telefónica ha asegurado que cuenta con "activos suficientes" para llevar a cabo planes alternativos en su proceso de desapalancamiento en caso de que la posible venta u OPV de su filial en Reino Unido O2 no salga adelante o se retrase más de lo previsto, según explica en el Folleto continuado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

La compañía reitera que, en el marco de su plan de desinversiones para reducir su despalancamiento, está estudiando "distintas alternativas estratégicas" para su filial británica, en todas las cuales Telefónica mantiene la mayoría accionarial, entre las que se incluye la salida a bolsa.

"Si este proceso desinversión no llega a completarse, o se demorara en el tiempo, podría afectar al ritmo de desapalancamiento establecido, así como dificultar el acceso a los mercados de crédito por parte de Telefónica", advierte la empresa.

Sin embargo, la compañía, que recientemente paralizó la salida bolsa de su filial de infraestructuras Telxius por falta de demanda de los inversores al precio fijado, remarca que el grupo cuenta "con activos suficientes para abordar otros planes alternativos de desinversión".

Asimismo, en lo relativo al capítulo de riesgos, detalla que, dada la interacción entre el crecimiento económico y la estabilidad financiera, la materialización de algunos de factores de riesgo económico, político o de tipo de cambio podrían derivar en un efecto adverso sobre la capacidad y coste de Telefónica para obtener financiación o liquidez, lo que a su vez podría repercutir en sus negocios, su situación financiera, sus resultados o la generación de caja.

IMPACTO DEL BREXIT.

Entre estos riesgos, la empresa menciona el proceso de salida de Reino Unido tras la victoria del Brexit en el referéndum celebrado el pasado mes de junio, que considera supondrá "un ajuste económico cualquiera que sea la nueva relación económica-comercial" con el país.

En este sentido, Telefónica, que recuerda que en el primer semestre de 2016 el 13,7% de sus ingresos procedió de Reino Unido, añade que todo este impacto no tiene en cuenta el que la incertidumbre durante las negociaciones pudiera tener sobre la inversión, la actividad y los mercados financieros.

Otro de los riesgos que identifica la empresa es que el crecimiento y la estabilidad financiera en Europa pueden verse afectados por las inestabilidad política en algunos países de la región debido a la cercanía de elecciones generales, a un posible reavivamiento de la crisis en Grecia, a un sector bancario en reestructuración y al impacto de las decisiones que se tomen sobre la unión bancaria europea y sus mercados financieros.

Respecto a Latinoamérica, destaca el "creciente riesgo cambiario" tras la depreciación experimentada por la mayoría de las divisas latinoamericanas en 2015, lastradas por la caída del precio de las materias primas, las dudas sobre el crecimiento en China o la evolución de los tipos de interés en Estados Unidos.

Entre los factores de riesgo macroeconómicos en la región destaca los que afectarían a Brasil, donde existe un escenario de elevada inflación, crecimiento económico negativo y significativas necesidades de financiación tanto internas como externas.

Además menciona el impacto de las caídas de las materias primas en Chile y Perú y remarca que en Argentina los riesgos en el corto plazo persisten, pese al impacto positivo que tendrán en el medio plazo las medidas anunciadas por el nuevo Gobierno para corregir los desequilibrios macroeconómicos y recuperar la confianza internacional.