Bruselas propone facilitar venta de productos no regulados a nivel europeo y reforzar controles de seguridad
EUROPA PRESS
19/12/201715:07 h."Harán más fácil a las empresas vender sus productos en toda Europa y reforzaran la vigilancia el mercado para impedir que productos inseguros puedan venderse a los consumidores", ha resumido en rueda de prensa el vicepresidente de la Comisión Europea responsable del Crecimiento y el Empleo, Jyrki Katainen.
Katainene ha defendido que el mercado interior, que cumple 25 años, "no es perfecto" y "quedan pasos por dar para aprovechar todo el potencial" que ofrece tras recordar que "el libre movimiento de bienes es uno de los pilares del mercado único en la UE".
"El mercado único de bienes representa el 25% del PIB de la UE. Pero los consumidores y empresas pierden cuando el marco no funciona todo lo bien que debería", ha subrayado el finlandés, que ha asegurado que si se redujeran las barreras comerciales internas podría traducirse en "un aumento del comercio intraeuropeo de más de 100.000 millones al año".
En primer lugar, la Comisión Europea ha propuesto mejorar la aplicación del principio de mutuo reconocimiento, que garantiza que los productos no regulados a nivel europeo pero comercializados legalmente en un Estado miembro pueden venderse en otros países de la Unión sin requisitos adicionales al reconocer las normas de productos de país de origen.
"Ahora las compañías a veces esperan más de un año antes de saber si pueden vender sus productos en otro país, si es que pueden. Las pymes frecuentemente no pueden permitirse el lujo de esperar tanto o no tienen dinero para impugnar una decisión de una autoridad nacional en un tribunal. Esto puede ser muy caro, varios miles de euros", ha alertado la comisaria de Industria, Elzbieta Bienkowska, que ha confiado en que, ahora, este plazo se reduzca a "hasta tres meses".
Para ello, el Ejecutivo comunitario ha planteado que el principio de reconocimiento sea "más rápido, simple y mucho más claro en la práctica" mediante "una declaración de reconocimiento mutuo de cumplimiento". A través de esta declaración voluntaria, las compañías podrán demostrar más fácilmente que sus productos cumplen todos los requisitos relevantes en su país de origen.
También ha propuesto crear un mecanismo de resolución de disputas sobre casos entre las autoridades nacionales, aunque la comisaria ha dejado claro que los Estados miembro "podrán todavía bloquear el acceso" en su territorio de productos "no seguros". "Tiene que justificarse caso por caso", ha explicado.
La segunda propuesta normativa, precisamente, buscar dar "herramientas más fuertes" para que las autoridades de control nacionales, ha precisado la comisaria, que ha lamentado que el número de productos comercializados en la UE que no cumplen los requisitos de seguridad, peligrosos, falsificados o que no cumplen con las normas de información al consumidor "todavía es elevado".
En concreto, el Ejecutivo comunitario plantea crear una red de autoridades de vigilancia el mercado para estrechar su cooperación y compartir más información de productos ilegales, vendidos tantos en tiendas como en Internet. "Tratamos ambos mercados igual", ha asegurado Bienkowska, que ha dejado claro que la Comisión no asumirá el control de los productos y que competerá a los países tomar medidas contra los productos que no cumplen la normativa europea, ya sea de seguridad, ambiental o salud u otra. "No proponemos una agencia, una autoridad europea para comprobar los bienes. Esto es el papel de las autoridades nacionales", ha avisado.
También ha propuesto que de cualquier compañía que exporte bienes de terceros países al mercado único cuente de forma "obligatoria" con una persona de contacto en la compañía en la UE a fin de contactarle "fácilmente" en caso de detectarse un producto problemático.
Bienkowska ha insistido en la necesidad de hacer "más justo" el mercado de bienes tanto "para los que venden" como "los que compran" y ha avisado de que aunque la UE cuenta con las normas "más estrictas" a nivel global de protección al consumidor escándalos recientes como los implantes mamarios o los motores diésel trucados demuestran la necesidad de tomar acciones para garantizar que "las compañías pueden trazar los productos en Europa y dar certidumbre a los consumidores de que lo que compran realmente es seguro". "No podemos esperar a otros escándalos. Tenemos que construir la confianza en todos los productos", ha remachado, dejando claro que "los productos defectuosos no tienen ninguna lugar en la Unión Europea".