Adif acota las bajas temerarias en los contratos del AVE

En concreto, estas dos empresas dependientes del Ministerio de Fomento han pasado a considerar baja temeraria el precio de una oferta que esté un 2,5% por debajo de la baja media de todas las ofertas que concurran a un contrato. Hasta ahora tenía esta consideración la que era un 10% inferior.

No obstante, Adif recuerda que, en virtud de la actual legislación, una oferta que se considere temeraria no puede ser descartada del proceso de forma automática.

En ese supuesto, se insta a la empresa que ha presentado la oferta a justificar el precio propuesto y argumentar su viabilidad. En el caso de que la justificación sea suficiente, la propuesta debe ser admitida de nuevo en el concurso público.

La decisión de Adif y Adif Alta Velocidad de limitar las bajas temerarias se suma a las que estas empresas aseguran que vienen tomando desde hace más de un año para evitar que el precio constituya el principal factor a la hora de adjudicar un contrato, sobre todo en aquellos en los que concurre un factor intelectual o de calidad, como son los proyectos de consultoría e ingeniería.

En estos casos, desde diciembre de 2016, las dos empresas ponderan de forma más equitativa la parte técnica y la parte económica de las ofertas que concurren por un proyecto, de forma que la propuesta económica supone el 51% de la consideración total y la técnica, el 49% restante.

Las compañías públicas promotoras y titulares de la red ferroviaria aseguran que los cambios introducidos en sus procesos de contratación vienen derivados de las directivas europeas sobre esta materia y su trasposición a la normativa española a través de la nueva Ley de Contratos.

El presidente de Adif, Juan Bravo, ha mantenido este lunes una reunión con la patronal de empresas de ingeniería Fidex para analizar los procedimientos de contratación de este tipo de contratos.

El sector de la ingeniería siempre ha denunciado que adjudicar proyectos de ingeniería a precios temerariamente bajos, lo que la asociación denomina 'ingeniería low cost' a la larga encarece las obras públicas por los modificados, con los consiguientes sobrecostes.