Dale Pearson, un empresario estadounidense, se preparaba para pasar un agradable día en una playa de la ciudad mexicana de Puertecitos, en Baja California, cuando se percató de la presencia en el agua de un tiburón. El escualo resultó ser un tiburón blanco de casi cinco metros de largo, que estaba tan cerca de la orilla porque se encontraba herido, según explica RT.