Cuenta la leyenda que el diablo construyó el acueducto en una noche para seducir a una joven segoviana. Y para dar recorrido a la historia, el consistorio segoviano ha decidido erigir una estatua al Maligno. Sin embargo, la decisión no ha gustado nada a los grupos católicos de la ciudad que han llevado el asunto a los tribunales. Según ellos, se trata de una ofensa a sus creencias.