'El rey de los belgas' recurre a la "comedia absurda" para abordar la situación de Bélgica y Europa

La cinta, dirigida por el matrimonio formado por Peter Brosens y Jessica Woodworth, narra la odisea del ficticio rey Nicolás III de Bélgica para regresar a su país después de que Valonia haya declarado de forma unilateral su independencia bajo el lema 'Estamos hartos'.

Por desgracia para el soberano, una tormenta solar le impide volar desde Estambul, donde se encuentra en visita oficial, hacia Bruselas, por lo que ha de viajar de incógnito a través de los Balcanes, lo que generará una serie de divertidos despropósitos que, sin embargo, permitirán al monarca descubrirse a sí mismo.

Entre tanto, un director inglés contratado por la Casa Real para grabar un documental sobre el rey dejará testimonio audiovisual de la aventura, de modo que la película está narrada como un falso documental en el que aparecen personajes como el alcalde de una aldea búlgara que sí es el auténtico regidor del municipio, como ha explicado Brosens durante la presentación del filme.

En declaraciones recogidas por Europa Press, el realizador ha destacado el nivel de "improvisación" que ha caracterizado el rodaje, el cual ha sido "cronológico" con la trama. Brosens también ha resaltado que el guión es de 2010, antes de que se produjera la llegada masiva de refugiados, el golpe de Estado en Turquía o la crisis de la Unión Europea, aunque la demora en el rodaje lo ha llevado a convertirse involuntariamente en una denuncia de la situación actual del continente.

'El rey de los belgas' es una coproducción de Bélgica, Países Bajos y Bulgaria que, según su codirector, no trata de "ridiculizar" a la Familia Real belga ni a la monarquía, al tiempo que ha subrayado como un "logro" el que esta cinta flamenca haya entrado en Valonia, donde "se bromea menos con la institución".

Precisamente Peter Brosens ha enfatizado que, a diferencia de los reyes belgas --francófonos--, el monarca de la película sea un flamenco que "habla francés de aquella manera", mientras que quien trata de separarse de Bélgica sea Valonia y no Flandes, como ocurre en la realidad.

LIMAR DIFERENCIAS

En este sentido, el cineasta ha mostrado su deseo de que el humor de la película sirva para limar diferencias entre ambas comunidades, tras lo que ha recordado que a diferencia del caso de Chequia y Eslovaquia, donde las fronteras estaban "bien definidas", entre Valonia y Flandes está el problema de Bruselas, una ciudad francófona en pleno corazón de Flandes.

Así las cosas, el director ha lamentado que en una de las salas de proyección más importantes de la capital belga se haya vetado esta película por considerarse "demasiado flamenca". La cinta también se burla de los estereotipos que afectan a valones y flamencos, como la falta de amor por el trabajo en el caso de los primeros o la soberbia en el de los segundos.

Peter Brosens nació en Leuven (Bélgica) en 1962. Estudió Geografía y Antropología y trabajó como antropólogo en Ecuador, donde realizó el cortometraje 'El camino del tiempo' (1992).

En 1993 fundó la productora Inti Films y dirigió su 'Trilogía de Mongolia', que incluye los documentales 'City of the Steppes' (1993 codirigido con Odo Halflants), 'Estado de perros' (1998, codirigido con Dorjkhandyn Turmunkh) y 'Poets of Mongolia' (1999, codirigido con Peter Krüger y Sakhya Byamba).

La segunda de esas películas se proyectó en la 43 Seminci, en la sección Tiempo de Historia. Actualmente dirige la productora belga Bo Films.

Por su parte, Jessica Woodworth (Estados Unidos, 1971) estudió teatro clásico en la Universidad de Oxford tras graduarse en Literatura por la Universidad de Princeton. También es titulada en Cine Documental por la Universidad de Stanford.

En 1999 rodó su primer film, 'Urga Song', en Mongolia. Dos años más tarde consiguió una beca Fulbright y rodó en Marruecos el documental 'The Virgen Diaries'. Junto a Peter Brosens ha codirigido una trilogía sobre la relación del hombre con la naturaleza y su entorno, que comenzó en 2006 con 'Khadak', siguió en 2008 con 'Altiplano' y concluyó en 2012 con 'La quinta estación', que se alzó con el Premio Especial del Jurado, el Premio Fipresci y el Premio de la Juventud en la 57 Seminci.