El día que los Rolling cantaron su ‘Simpatía por el diablo’, debieron hacer también un pacto con él, uno de inmortalidad musical. Porque estos abuelos que nunca serán ni venerables, son más jóvenes que cualquiera que se suba a un escenario. Ahora se han metido en un estudio para grabar un disco, que sale a la venta hoy.