Ocho becarios de la Fundación Botín recorren el arte más reciente en la muestra 'Itinerarios XXII'

Los artistas, que proceden de Alemania, Brasil, Cuba, España y Portugal, utilizan en sus creaciones nuevos medios o herramientas, esencialmente imágenes fijas o en movimiento, con los que acometen nuevos proyectos o desarrollan otros que ya tenían en marcha, compartiendo un interés común por explorar el dominio que habitamos y la inquietud por la relación entre el hombre y la naturaleza.

La exposición, que acoge la Sala de la Fundación Botín en Santander, está conformada con los trabajos de Katinka Bock (Frankfurt, Alemania, 1976), Regina de Miguel (Málaga, 1977), Adrià Julià (Barcelona, 1974), Pedro Neves Marques (Lisboa, 1984), Levi Orta (La Habana, Cuba, 1984), Aleix Plademunt (Gerona, 1980), Leticia Ramos (Santo Antonio da Patrulha, Brasil, 1976) y Oriol Vilanova (Manresa, 1980).

La muestra se ha presentado hoy en rueda de prensa por su comisario, Benjamin Well, director artístico del Centro Botín, quien ha incidido en que no se trata de una exposición "de grupo" si bien hay "similitudes" en los motivos de trabajo de los artistas, que "comparten el interés por el explorar el dominio que habitamos como si de un científico o un arqueólogo se tratase y muestran en esta exposición el resultado de sus procesos como un tipo de evidencia".

También, ha dicho, les caracteriza una nueva manera de trabajar con la imagen, buscando sus propias herramientas para crearlas, bien inventándoselas, bien redescubriendo tecnología abandonada o poco conocida.

En cualquier caso, Well ha advertido que sus imágenes "ralentizan la vida" y ofrecen una visión de reflexión y curiosidad "que la imagen que nos llega cada día deja de tener". Y es que "la tecnología homogeneiza la mirada del mundo", ha subrayado.

Sin embargo, en esta edición de 'Itinerarios' la diferencia que se muestra --imágenes en blanco y negro, imagen proyectada sobre distintos soportes, etcétera-- provoca "otro tipo de pensamiento". "Son más que imágenes, no son tan planas, no son píxeles", ha remarcado el comisario.

Una imagen funciona en relación con la percepción que tenemos del mundo y en esta muestra se ofrece una mirada de reflexión sobre el concepto de atropocentro, en una era en la que la actividad humana pone a prueba continuamente el equilibro del planeta. "Algunos artistas cuestionan la importancia del objeto artístico fuera del entorno urbano y quizá la contribución de la cultura a esa abstracción de la naturaleza que, a su juicio, habría conducido al ser humano a actuar con tanta irresponsabilidad", ha apuntado.