Bilbao conmemora el aniversario de Ángela Figuera con una charla sobre su relación con Blas Otero y Gabriel Celaya

Bajo el título 'De poetas y artistas en la obra de Ángela Figuera', la charla, que impartirá el doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Deusto Joxerra Zabala, se celebrará en el salón de actos de Bidebarrieta a partir de las siete y media de la tarde, con entrada libre.

El encuentro servirá para conmemorar el aniversario del nacimiento de Ángela Figuera, nacida el 30 de octubre de 1902 en Bilbao, y tratará de documentar algunas de estas "intensas relaciones epistolares" que mantuvo con otros poetas y artistas, que "enriquecieron mutuamente a sus partícipes y dejaron profunda huella en la poesía de Ángela", han explicado desde el Ayuntamiento bilbaíno.

La sesión prestará especial atención a la figura de Blas de Otero y se completará con una lectura de una selección de poemas de la autora, a cargo de la asociación Poetalia.

Los organizadores de la jornada han recordado que, pese a ser una "destacada figura" de la poesía de posguerra, Ángela Figuera no es "demasiado conocida por el gran público", por lo que en el año 2008 el Ayuntamiento de Bilbao "institucionalizó un día anual en su honor, para contribuir a dar a conocer su vida y obra poética".

En esta ocasión, la jornada contará con la participación del profesor donostiarra Joxerra Zabala, que escribió en 1991 la primera tesis doctoral sobre la escritora y su producción literaria. En su intervención, se centrará precisamente en la obra poética de Figuera, sus influencias, así como la relación que mantuvo con poetas y artistas contemporáneos.

En este sentido, han destacado que, tanto la biografía como la obra de Ángela Figuera, están "entrecruzadas con la de numerosos artistas y poetas con los que mantuvo una estrecha relación epistolar". Resaltan sus relaciones con los llamados poetas sociales, fundamentalmente Gabriel Celaya y Blas de Otero, y su proximidad al mundo de la pintura, "iniciada por su estrecha relación con su padre, pintor aficionado, o su hermano, Rafael Figuera".

Además, la escritora desarrolló una "intensa" correspondencia con "la intelectualidad más contestataria del momento", con "el mundo del exilio español" y con las nuevas generaciones de artistas que "buscaban en ella un refrendo que les ayudase en el complejo panorama cultural del momento".