Barcelona: del todo a la nada
Llegó el miércoles y Barcelona pudo, al fin, disfrutar de un día de esos que se dicen “sin mayor historia”. En la Ciudadela, por ejemplo, plácida tras la invasión del día antes en torno al Parlament. La furia, si la hay, reconducida a los atascos,al reducto deL tráfico, intenso, que lleva a otro de los puntos críticos del 3 de octubre. La plaza Universidad. Desde el balcón donde se veía gentío. hoy se ve tan solo gente. Escenas de un antes y un después en una Barcelona que respìra. Turistas, globos, niños en la Plaza de Cataluña. La única multitud que queda son las palomas, hasta nuevo aviso. Lo cotidiano se abre paso, eso sí, a duras penas. Porque en las calles aún quedan evidencias de una historia que amenaza con ser interminable. Barcelona/ciudad en tregua. Nadie sabe hasta cuando.