El taller mecánico de Antonio está a punto de caer en bancarrota. La mala dirección, la pasividad de sus empleados, la desorganización de los informes y el hecho de que sea un negocio familiar es un cóctel molotov que les ha costado la pérdida de clientes y acumular una deuda de 20.000 euros por diez meses de alquiler.