La llegada de Saúl, amigo de Albert, se ha hecho esperar, y Violeta no podía tener más ganas de tener su primera cita con él. Los dos se han mostrado muy nerviosos, dejando claro que se gustan y que les cuesta hasta hablar sin sonrojarse. Aunque no ha habido beso, sus gestos y el comportamiento que han tenido han hablado por sí mismos.