Mónica y Daniel, finalmente, han decidido pelear por su matrimonio. “Yo, desde luego, estoy dispuesta a arreglar esto”, dice ella. “Para mí no es tarde porque yo puedo solucionar las cosas con mi mujer seguir para adelante “, asegura él. Mónica deja de lado los gritos y la familia de Daniel y, él, por su parte, se compromete a ser más cariñoso y renuncia a su actitud pasota.