Francisco Granados planea su ‘venganza’ de la Púnica a base de querellas. Carga contra seis agentes de la UCO y contra quien fuera su socio, Marjaliza. Al constructor le denuncia por su presunta vinculación con tráfico de drogas y a los agentes por presunta omisión del deber de investigar un presunto delito contra la salud pública.