Jordi Turull apuntaba que hay un elemento de cortesía y de cumplir con el trámite de investidura que la presidenta del Parlament se reuniera con el Rey. “Que no se quiera atender a la presidenta del Parlament por parte del Jefe del Estado es no un desprecio a la persona, ya no a la institución, sino a quien representa la institución, que es el pueblo de Cataluña”, decía.