Denuncian que la convocatoria de la concentración en la cita de Rigau y Ortega con la justicia busca cuestionar la legitimidad de los jueces. “Quien ha estado presionando al tribunal ha sido el Estado, que ha intentado convertir lo que era una protesta, eran urnas simbólicas para decirle al Estado que queríamos votar y eso se convierte en un delito penal, es una absoluta locura lo que estamos viviendo”, decía Pilar Rahola.