“Deja de hacerte pajas, no, mejor, como eres mujer, deja de hacerte dedillos y piensa”, “deja de traer papelitos del acupuntor”, con este lenguaje se dirigía el coronel Cabrera a la militar hasta que, finalmente, pidió la baja por ansiedad. Sin embargo, el Supremo estima que este lenguaje no es lo suficientemente vejatorio como para constituir un delito.