Luisa fue desahuciada y se vio en la calle con sus hijas, sin trabajo y sin un hogar donde criarlas. Una asistenta social le advirtió que iba a perder la custodia y, al ver que nadie le alquilaba un piso porque no tenía nómina, decidió ocupar una vivienda que llevaba 7 años vacía en Arganda del Rey.